Altas tarifas de fletes más que un motor inflacionario, implicarían un freno a la recuperación económica

l aumento de los costos de los fletes ha sido uno de los principales puntos débiles de la recuperación económica de Estados Unidos este año, contribuyendo a la escasez de stocks y al aumento de los precios. Todavía no está claro hasta qué punto y con qué rapidez podrían disminuir sus valores a medida que avanza la recuperación. «En cualquier caso, deben considerarse como lo que son: un shock que está teniendo un efecto de enfriamiento en la actividad económica, más que un motor de la inflación a largo plazo», según señala un artículo publicado en Bloomberg.

En la década de 2000 con los altos precios del petróleo y hace unos años con los aranceles (producto de la Guerra Económica entre EE.UU. y China). De acuerdo con el artículo, si los costos de los fletes bajan en los próximos meses, funcionarán como una especie de estímulo económico que ayudaría a compensar cualquier endurecimiento de la política monetaria que la Reserva Federal de EE.UU. pudiera hacer durante ese tiempo.

Los aumentos de las tarifas de los fletes han sido significativos: los contenedores de 40 pies que costaban US$2.000 dólares hace un año pueden costar ahora hasta US$20.000, dependiendo de las circunstancias. Lo que para muchas empresas estadounidenses significa importar de Asia, es un problema mayor para los artículos voluminosos y de bajo precio; pueden caber más teléfonos inteligentes de US$1.000 dólares en un contenedor que sofás de US$1.000. Las empresas deben absorber las tarifas de flete más elevadas o repercutirlas hacia los clientes, y en algunos casos el inventario podría no estar disponible en absoluto.

Actualmente, es difícil aislar el impacto de las tarifas de flete más altas en la economía en general, pero su efecto puede ser similar a un aumento de los aranceles, tal como ocurrió durante la administración del Presidente Donald Trump en 2018 y 2019: la incertidumbre económica aumentó y la confianza empresarial disminuyó, con el índice ISM de manufacturas cayendo entre principios de 2018 y finales de 2019.

Una dinámica similar se produjo en la década de 2000, cuando los precios del petróleo se dispararon debido a los temores del «peak del petróleo» a medida que crecía el consumo de China y otros países de mercados emergentes. El crecimiento económico fue más lento de lo que debería haber sido, ya que los consumidores y las empresas tuvieron que gastar más en petróleo de mayor precio y productos relacionados, como la gasolina, dejando menos dinero para gastar en otros bienes y servicios.

En ambos casos, el impacto negativo sobre el crecimiento se vio agravado por una política monetaria subóptima, cuando la Reserva Federal de EE.UU. aumentó las tasas de interés, ante el temor del riesgo inflacionario, antes que interpretar correctamente la amenaza existente sobre el crecimiento.

En esta ocasión, la elevada tasa de desempleo llevó a la Reserva Federal a mirar más allá del impacto de los altos precios de los fletes y otros factores que están empujando la inflación al alza; en un entorno económico más normal, un aumento tan drástico de los precios de los fletes la podría haber llevado a endurecer ya la política monetaria, apunta el artículo.

En la medida en que a los inversores les preocupa que la Reserva Federal reduzca su programa de compra de activos o aumente las tasas de interés en los próximos dos años -y el impacto negativo que podría tener en el crecimiento económico-, la disminución de los precios del transporte de bienes es una contrapartida. En este momento, la economía se beneficia de la política monetaria fácil y de las condiciones financieras laxas, pero también se ve afectada por los elevados precios de los fletes, y dependiendo del sector, esto último podría ser un factor más importante que lo primero. Por ejemplo, un importador o minorista de muebles probablemente estaría dispuesto a aceptar algún aumento de la tasa de interés por parte de la Reserva Federal si eso significara que las tarifas de los contenedores de transporte vuelven a niveles más normales.

Según el artículo, es importante entender el efecto de estos precios altos debido a la interpretación errónea de aumentos de tarifas similares que se han visto en los últimos 20 años. El shock de los altos precios de la energía – o los precios de los fletes, o los aumentos de las tarifas – no son el tipo de cosas que conducen a una inflación galopante. En realidad, conducen a un crecimiento económico más lento del que se habría obtenido de otro modo. En lo que respecta a la actualidad, una disminución de los precios de los fletes serviría para impulsar el crecimiento económico en los próximos dos años, un escenario quizás subestimado en una época en la que la gente está más centrada en la inflación y la Reserva Federal.

Fuente: Mundo Marítimo

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