Boris Johnson impondrá controles aduaneros a todas las importaciones europeas

«Estamos planeando imponer controles completos de todas las importaciones de la Unión Europea: declaraciones de exportación, declaraciones de seguridad, controles de salud animal y de todos los productos de supermercado para pasar por los puestos de inspección fronterizos», lo cual «duplicará el desafío práctico en la frontera en enero de 2021». Según algunos medios británicos, entre ellos «The Guardian» y «The Daily Telegraph», así lo habría manifestado una fuente del Gobierno, lo cual confirmaría la intención del primer ministro Boris Johnson de imponer controles aduaneros completos en todos los productos que ingresan al Reino Unido una vez que acabe el período de transición en diciembre.

Solo un día después de la consumación oficial del Brexit, ya empiezan a salir a la luz, aunque a cuentagotas, las primeras informaciones sobre las posibilidades de negociación comercial con el bloque comunitario que el «premier» piensa poner sobre la mesa. Según el Daily Mail, las empresas serán informadas de esto en los próximos días, concretamente el lunes 10 de febrero. La noticia no sorprende. Pese a que Boris Johnson había señalado hace algunos meses su intención de imponer solo controles limitados a algunos productos, la semana pasada manifestó que «la soberanía es más importante que el comercio sin fricciones», lo que lo aleja de la idea de su antecesora Theresa May y de la insistencia de la UE de que exista una alineación aduanera para lograr el mejor acuerdo posible.

Punto escabroso

En unas declaraciones a la BBC, David Davis, exsecretario del Brexit, aseguró que alcanzar un acuerdo es complicado en solo once meses, pero se mostró esperanzado en que es posible llegar a tiempo. Los expertos también han mostrado sus dudas, pero la falta de acuerdo en puntos clave supondría un grave problema para muchos sectores. Así lo expresó Pauline Bastidon, directora de política europea de la Asociación de Transporte de Carga, quien aseguró que los controles completos tendrían «graves consecuencias para las cadenas de suministro».

Este será sin duda uno de los puntos más escabrosos del acuerdo que a partir de ahora empezarán a negociar ambas partes, y está previsto que el «premier» de un discurso mañana donde dé a conocer sus objetivos en las conversaciones, un discurso además muy esperado, sobre todo después de que haya sido muy criticado por haberse dirigido a la nación la noche del Brexit, un día histórico sin lugar a dudas, con un discurso muy breve y encima pregrabado.

Por otra parte, la resaca tras el «Día B» no fue grave. Pese a las múltiples manifestaciones a favor y en contra que se sucedieron por toda la geografía británica el pasado día 31, todo transcurrió sin incidencias reseñables. En todas partes, eso sí, hubo un importante despliegue policial preventivo en caso de que los ánimos se caldearan, cosa que no ocurrió. De hecho, la Policía metropolitana informó de que solo se produjo un arresto.

Tranquila aunque muy significativa fue también la manifestación de este sábado en las calles de Edimburgo. Los escoceses dejaron el viernes de formar parte de la Unión Europea, junto al resto del Reino Unido, pese a que la mayoría estaba en contra de la separación. Y así lo hicieron saber en una multitudinaria manifestación en la que centenares de personas marcharon con banderas escocesas y comunitarias, además de pancartas y música de gaitas. Entre los mensajes, uno destacaba: «Scotland still loves EU» (Escocia aún ama a la UE). Pese a lo romántico de estas palabras, no son solo una declaración de amor y un recordatorio de que el 62% de los ciudadanos de este país votaron a favor de seguir formando parte del bloque comunitario en el referéndum del 2016, sino un guiño a la voluntad de poder celebrar una nueva consulta de independencia.

En el 2014 el 55% de los votantes rechazaron la independencia, pero la ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, considera que tras el Brexit las circunstancias han cambiado y por eso la consulta debería repetirse. La líder del Partido Nacionalista Escocés se ha puesto este referéndum como el objetivo principal de su mandato, aunque esta misma semana reconocía que quizá habrá que esperar al próximo año para celebrarlo. La última encuesta de la consultora YouGov revela que un 51% de los votantes escoceses apoya la secesión. En todo caso, el primer ministro ha dado por zanjado el tema con Sturgeon, asegurando que no habrá una segunda consulta.

Fuente: ABC

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