Presidente de delegación Latinoamérica de Asociación de Puertos: “Chile podría pensar en infraestructura en el norte y competirle a El Callao”

Son varios los desafíos que plantea el presidente de la delegación Latinoamérica de la Asociación Americana de Puertos (AAPA), Francisco González, para aumentar la competitividad de estos terminales puertos en Chile. Avanzar hacia una Subsecretaría de Puertos, que facilite la coordinación entre los servicios; mejorar la ley sectorial; ampliar el plazo de las concesiones, que los gobiernos corporativos de las empresas portuarias se renueven de manera parcial; y además, que ningún gerente general y director de una empresa que se le haya acreditado participación en una colusión, pueda ser director de una empresa portuaria, son algunas de las propuestas que pone sobre la mesa.

A futuro, pensar en un terminal en el Norte, que sea capaz de competir con el terminal peruano de El Callao.

¿Cuáles son las problemáticas de los puertos frente a la crisis climática?

-A nivel global, son los deshielos. Si uno ve los estudios que se están haciendo en el Ártico, las embarcaciones van a poder cruzarlo y eso significa que cambian los tiempos y las distancias, y los puertos que hoy son los más atractivos, probablemente en unos años más dejen de serlo. Y a nivel local, el efecto más visible es el fenómeno de marejadas, un problema que llegó para quedarse. Esto afecta la productividad y obviamente que hay que harcerse cargo de ese problema con tecnología, de lo contrario vamos a tener cada vez más cierres de puertos y eso afecta la competitividad.

En términos de infraestructura, ¿están las condiciones para que el sector portuario en Chile siga creciendo?

-Siempre hay una premisa que la infraestructura sigue la carga, pero creo que esa premisa no es tan así, porque creo que uno puede ofrecer infraestructura para motivar y cambiar el comportamiento. Lo veo en la zona norte, Callao moviliza al año en torno a 35 millones de toneladas y Valparaíso y San Antonio, entre ambos movilizan lo de Callao, pero si uno ve la distancia que hay entre uno y otro, la pregunta que uno se haría es que alternativa hay en el espacio intermedio, pensando en que Brasil tiene que sacar productos hacia el Asia Pacífico y Argentina también, y hoy en términos de infraestructura su dilema es Callao o zona central de Chile, pero ¿qué pasa con la zona norte? Uno podría pensar en Arica, un puerto de gran envergadura, que aproveche de captar carga del sur de Perú.

¿Cuál es la solución?

-Hay una solución estratégica y estudios que hacer, porque probablemente Chile podría ofrecer infraestructura importante en la zona norte. Hay que hacer estudios de mercado y testear también cuál sería la disposición del sur de Perú de sacar carga hacia el Asia Pacífico por puerto chileno. Creo que en general los dueños de carga toman decisiones costo efectiva, no les importa si un puerto es de un país y otro, lo que más importa es ofrecer una oferta competitivas en tarifas y servicios.

¿Qué desafíos enfrentan los puertos de la Región de Valparaíso?

-Hay dos desafíos. El primero es renovar a tiempo las concesiones que vencen en San Antonio. En segundo lugar, el Terminal 2 de Valparaíso, que ha tenido problemas y que es un proyecto complicado, porque los temas ambientales son complejos y largos, y en San Antonio también es importante porque en ese puerto el año 2027 vamos a tener problemas de capacidad.

¿Cuánto ayudará el megapuerto en San Antonio?

-Si se cumplen los tiempos va a ser una solución, pero tiene que haber también otras medidas complementarias porque estamos hablando de un megapuerto y por lo tanto, volúmenes de carga muy altos y eso significa conectividad, infraestructura de carretera, idealmente ferroviaria.

¿Se complica el panorama para el megapuerto en las actuales circunstancias, sin un tren?

-Es viable, pero va a generar un impacto social en un momento donde los puertos están tratando de solucionar su impacto hacia la comunidad. En general, los puertos se han modernizado, pero el país tiene que dotarlos de infraestructura puertas afuera, de lo contrario vamos a generar externalidades negativas en los entornos donde están emplazados los puertos.

Tras el estallido social, hubo paralizaciones. ¿Cuál es el impacto?

-America Latina viene trayendo bajas en los niveles de movimiento de carga pero en Chile, a raíz de la última crisis, una baja aún mayor. Antes de octubre, los movimientos de carga habían caído un 7% y según los últimos datos de noviembre, la caída es mayor al 12%. Y en esto soy optimista, es un tema que está en evolución y esto debiera adquirir cierta normalidad. El efecto en los puertos fue una especie de trauma, pero debiera tender a normalizarse en el corto plazo.

Fuente: La Tercera

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